La terapia individual ofrece un espacio de autoexploración y crecimiento personal en el que cada individuo encuentra apoyo y guía para superar desafíos emocionales y mejorar su bienestar. En un ambiente confidencial y respetuoso, nuestros profesionales trabajan de cerca con el cliente para comprender sus pensamientos, emociones y comportamientos, identificando áreas de cambio y crecimiento. Esta terapia proporciona un tiempo dedicado exclusivamente al individuo, permitiéndole reflexionar sobre sus experiencias y desarrollar estrategias para afrontar las dificultades de la vida. Con un enfoque centrado en el cliente, la terapia individual busca fortalecer la resiliencia y promover una mayor calidad de vida emocional.

Este tipo de terapia se especializa en abordar una variedad de problemas emocionales, mentales y conductuales, que incluyen, pero no se limitan a:

• Ansiedad y trastornos relacionados, como el trastorno de ansiedad generalizada (TAG), trastorno de pánico y fobias específicas.
• Depresión y trastornos del estado de ánimo, como el trastorno depresivo mayor y el trastorno bipolar.
• Estrés y estrés postraumático (TEPT) relacionados con eventos traumáticos.
• Trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.
• Problemas de relaciones interpersonales, incluidos conflictos familiares, dificultades de pareja y problemas de comunicación.
• Dolor crónico y enfermedades médicas que afectan la salud mental.
• Adicciones y comportamientos compulsivos, como el abuso de sustancias y la ludopatía.
• Dificultades de adaptación a cambios importantes en la vida, como la pérdida de un ser querido, cambios laborales o mudanzas.
• Problemas de autoestima y confianza en sí mismo.
• Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.
• Desarrollo personal y crecimiento personal.

La terapia infanto-juvenil se desarrolla en un espacio acogedor específicamente diseñado para abordar las necesidades emocionales y conductuales de niños y adolescentes. En este entorno, nuestros profesionales de la salud mental utilizan enfoques adaptados a la edad para comprender y atender las preocupaciones únicas de cada joven. A través del diálogo, actividades creativas y estrategias terapéuticas específicas, se busca promover el desarrollo emocional, mejorar las habilidades de afrontamiento y fomentar relaciones saludables. La terapia infanto-juvenil no solo apunta a aliviar el sufrimiento actual, sino también a equipar a los jóvenes con las herramientas necesarias para afrontar los desafíos de la vida y cultivar un bienestar mental duradero.

Este tipo de terapia se especializa en abordar una variedad de problemas emocionales, mentales y conductuales específicos de niños y adolescentes, que incluyen, pero no se limitan a:

• Ansiedad y trastornos relacionados, como la ansiedad de separación, trastorno de ansiedad social y fobias específicas
• Depresión y trastornos del estado de ánimo, como el trastorno depresivo mayor y el trastorno distímico.
• Problemas de conducta, como la agresión, la desobediencia y los problemas de atención.
• Trastornos del espectro autista (TEA) y otras dificultades del desarrollo, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y el trastorno del aprendizaje.
• Trastornos de alimentación, como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.
• Problemas de relación, incluidos conflictos familiares, dificultades de comunicación y problemas de relación con los compañeros.
• Trauma y estrés postraumático (TEPT) relacionados con experiencias traumáticas.
• Dificultades de adaptación a cambios importantes, como divorcios, pérdidas, mudanzas o cambios en la escuela.
• Desarrollo social y habilidades para la vida, incluida la resolución de problemas, la toma de decisiones y la regulación emocional.
• Dificultades emocionales
• Inteligencia emocional
• Síndrome de Tourette
• Altas capacidades

La terapia de pareja ofrece un espacio seguro y colaborativo donde las parejas pueden explorar y abordar los desafíos que enfrentan en su relación. En este entorno de apoyo, nuestros profesionales guían a las parejas a través de conversaciones constructivas, facilitando la comprensión mutua y fortaleciendo las habilidades de comunicación. La terapia de pareja no solo busca resolver conflictos inmediatos, sino también mejorar la conexión emocional y la intimidad. Con un enfoque en la construcción de bases sólidas para una relación saludable, esta terapia capacita a las parejas para enfrentar los desafíos futuros y cultivar una conexión más profunda y satisfactoria.

Este tipo de terapia se especializa en abordar una variedad de problemas relacionales y emocionales específicos de las relaciones de pareja, que incluyen, pero no se limitan a:

• Comunicación deficiente o conflictos recurrentes en la relación.
• Problemas de confianza, celos y desconfianza mutua.
• Dificultades sexuales, como disfunción eréctil, falta de deseo sexual o diferencias en las necesidades y preferencias sexuales.
• Crisis de vida importantes, como la infidelidad, problemas financieros o cambios en la dinámica familiar.
• Problemas de crianza y diferencias en la educación de los hijos.
• Problemas de salud mental en uno o ambos miembros de la pareja, como ansiedad, depresión o adicciones.
• Dificultades en la resolución de conflictos y negociación de compromisos.
• Desequilibrio en la distribución de roles y responsabilidades dentro de la relación.
• Falta de intimidad emocional y conexión emocional.
• Preparación para el matrimonio o la convivencia, incluyendo la exploración de valores, metas y expectativas mutuas.

La terapia familiar facilita un espacio único donde los lazos familiares se exploran y fortalecen. En este entorno colaborativo, nuestros profesionales guían a la familia a través de conversaciones constructivas y estrategias terapéuticas para abordar conflictos, mejorar la comunicación y fortalecer las relaciones. La terapia familiar reconoce la interconexión de los miembros familiares y busca promover un entendimiento más profundo, respeto mutuo y colaboración para superar desafíos. Al centrarse en el sistema familiar en su conjunto, esta terapia no solo aborda los problemas actuales, sino que también establece las bases para un crecimiento conjunto y un mayor bienestar familiar.

Este tipo de terapia se especializa en abordar una variedad de problemas relacionales y emocionales que afectan a toda la familia, que incluyen, pero no se limitan a:

• Conflictos y tensiones familiares, incluidos desacuerdos sobre la crianza de los hijos, problemas de comunicación y diferencias intergeneracionales. 
• Crisis familiares, como divorcio, enfermedad grave, pérdida de un ser querido o cambios significativos en la estructura familiar. 
• Problemas de relación entre padres e hijos, incluidos problemas de conducta, dificultades en la relación o desafíos en la crianza. 
• Dificultades de adaptación a cambios importantes en la vida familiar, como mudanzas, cambios de escuela o pérdida de empleo. 
• Problemas de salud mental en uno o varios miembros de la familia, como ansiedad, depresión, adicciones o trastornos del comportamiento. 
• Trauma y estrés postraumático (TEPT) que afectan a la dinámica familiar. 
• Conflictos relacionados con la cultura, religión o valores familiares. 
• Dificultades en la resolución de conflictos y negociación de compromisos dentro de la familia.
• Problemas de comunicación y falta de habilidades para resolver problemas de manera constructiva.
• Fortalecimiento de la cohesión familiar, promoción del apoyo mutuo y fomento de un ambiente familiar saludable y de apoyo.

La terapia de grupo ofrece un espacio donde individuos comparten sus experiencias y desafíos en un entorno de apoyo guiado por un profesional de la salud mental. Este formato único permite a los participantes conectarse con otros que enfrentan situaciones similares, fomentando la empatía y proporcionando diferentes perspectivas. A través de la interacción grupal, se exploran patrones de pensamiento y comportamiento, y se desarrollan habilidades de comunicación y resolución de conflictos. La terapia en grupo no solo ofrece apoyo emocional, sino que también crea un sentido de comunidad que puede ser poderosamente terapéutico. Este enfoque colaborativo facilita el crecimiento personal y la comprensión mutua, brindando a los participantes la oportunidad de aprender, crecer y compartir su viaje hacia el bienestar mental.

Este tipo de terapia se especializa en abordar una variedad de problemas emocionales, mentales y relacionales en un entorno de grupo, incluyendo:

• Ansiedad y trastornos relacionados, como fobias específicas, trastorno de ansiedad social y trastorno de pánico.
• Depresión y trastornos del estado de ánimo, como el trastorno depresivo mayor y el trastorno bipolar.
• Problemas de relación interpersonal, incluyendo dificultades de comunicación, conflictos familiares y dificultades de socialización.
• Trauma y estrés postraumático, incluyendo experiencias traumáticas individuales o colectivas.
• Adicciones y comportamientos compulsivos, como el abuso de sustancias, la ludopatía y la adicción al juego en línea.
• Problemas de autoestima y autoconcepto, incluyendo la falta de confianza en uno mismo y la inseguridad personal.
• Habilidades sociales y de afrontamiento, incluyendo la mejora de habilidades de comunicación, resolución de problemas y manejo del estrés.
• Exploración de identidad y sentido de pertenencia, especialmente en grupos con características comunes, como grupos de apoyo LGBTQ+ o grupos étnicos.
• Apoyo emocional y comprensión mutua, proporcionando un espacio seguro para compartir experiencias y recibir feedback de los demás miembros del grupo.
• Desarrollo personal y crecimiento emocional, promoviendo el autoconocimiento, la aceptación personal y la resiliencia frente a los desafíos de la vida.

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La terapia con animales, también conocida como zooterapia, es una modalidad única que integra la presencia de animales en sesiones terapéuticas para promover el bienestar emocional y físico. En este entorno especial, la interacción con animales, como perros o caballos, se utiliza como herramienta terapéutica. La conexión con estos seres afectuosos puede mejorar la comunicación, reducir el estrés y fomentar la autoexploración. La terapia con animales es una experiencia enriquecedora que capitaliza el vínculo humano-animal para apoyar el crecimiento emocional y mejorar la calidad de vida.

Este tipo de terapia se especializa en utilizar la presencia y la interacción con animales como parte del proceso terapéutico, abordando una variedad de problemas emocionales, mentales y físicos, que incluyen:

• Ansiedad y trastornos relacionados, como trastornos de ansiedad generalizada y trastorno de estrés postraumático (TEPT).
• Depresión y trastornos del estado de ánimo, como el trastorno depresivo mayor y el trastorno bipolar.
• Problemas de regulación emocional, como el estrés y la ira.
• Trastornos del espectro autista (TEA) y otras dificultades del desarrollo.
• Problemas de relación interpersonal, incluyendo dificultades de comunicación y problemas de confianza.
• Trauma y estrés postraumático, incluyendo experiencias traumáticas individuales o colectivas.
• Dolor crónico y problemas de salud física, como enfermedades crónicas y discapacidades.
• Mejora del bienestar general y la calidad de vida, incluyendo la reducción del aislamiento social y la promoción de la actividad física.
• Habilidades sociales y emocionales, como la empatía, la paciencia y la autoestima.
• Desarrollo personal y crecimiento emocional, promoviendo el autoconocimiento, la aceptación personal y la conexión con otros seres vivos.
  

Aquellos pacientes que se pueden beneficiar de la terapia asistida con animales son:

• Personas mayores
• Adolescentes y niños
• Personas con discapacidad intelectual
• Personas afectadas por trastornos neuropsicológicos

La Terapia de Realidad Virtual (TRV) es una modalidad terapéutica innovadora que utiliza entornos virtuales para simular situaciones del mundo real. Este enfoque permite a los pacientes enfrentar y superar sus miedos y fobias de manera controlada y segura. Al proporcionar experiencias inmersivas, la TRV facilita la exposición gradual y la desensibilización, promoviendo así la superación de las dificultades emocionales y el desarrollo de estrategias de afrontamiento efectivas.

Este tipo de terapia se especializa en el tratamiento de una variedad de problemas emocionales, mentales y conductuales utilizando entornos virtuales interactivos y simulaciones inmersivas. Algunos de los problemas tratados y áreas de especialización incluyen:

• Trastornos de ansiedad, como fobias específicas, trastorno de ansiedad social y trastorno de pánico.
• Trastorno de estrés postraumático (TEPT) y traumas relacionados, como accidentes, abuso o situaciones de violencia.
• Trastornos del estado de ánimo, como depresión y trastorno bipolar.
• Trastornos del espectro autista (TEA) y dificultades de desarrollo, como habilidades sociales y comunicativas.
• Trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.
• Entrenamiento en habilidades sociales y de comunicación para personas con dificultades en estas áreas.
• Terapia de exposición para superar miedos y fobias, como miedo a volar, a hablar en público o a situaciones específicas.
• Manejo del estrés y técnicas de relajación en entornos virtuales diseñados para promover la calma y el bienestar.
• Entrenamiento en habilidades de afrontamiento y resolución de problemas para manejar situaciones difíciles o estresantes.
• Mejora de la autoestima y autoconfianza a través de actividades de refuerzo positivo y logro de objetivos en entornos virtuales controlados.

La Terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares) se presenta como una técnica innovadora utilizada para procesar experiencias traumáticas y reducir su impacto emocional. Se basa en movimientos oculares rítmicos para desensibilizar y reestructurar las memorias traumáticas, permitiendo al paciente procesarlas de manera más adaptativa. Su objetivo es ayudar a los individuos a superar el impacto negativo del trauma y promover la recuperación emocional.

Este tipo de terapia se especializa en el tratamiento de una variedad de problemas relacionados con el trauma y otros desafíos emocionales, que incluyen:

• Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) y traumas relacionados, como abuso físico, sexual o emocional, accidentes graves o experiencias traumáticas en la infancia.
• Fobias y miedos irracionales, incluyendo miedo a volar, a animales, a espacios cerrados, entre otros.
• Ansiedad y trastornos de ansiedad, como trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de pánico y fobia social.
• Depresión y trastornos del estado de ánimo, como el trastorno depresivo mayor y el trastorno bipolar.
• Dolor crónico y enfermedades médicas que afectan la salud mental.
• Problemas de autoestima y autoconcepto relacionados con experiencias traumáticas o negativas.
• Estrés y dificultades para regular las emociones, incluyendo reacciones desproporcionadas ante situaciones estresantes.
• Problemas de relación interpersonal, como dificultades en la confianza, la intimidad y la comunicación.
• Recuerdos intrusivos y pensamientos obsesivos relacionados con experiencias traumáticas.
• Desarrollo personal y crecimiento emocional, incluyendo la resolución de conflictos internos y la superación de bloqueos emocionales.

La Neuropsicología es una disciplina que, mediante el estudio de la relación entre el cerebro y el comportamiento, se centra en comprender cómo las lesiones, enfermedades o disfunciones cerebrales afectan las funciones cognitivas, emocionales y conductuales. Esta ciencia se encarga de la evaluación, el diagnóstico y la intervención sobre las alteraciones cognitivas, conductuales y emocionales que aparecen como resultado de una afectación funcional o estructural del cerebro. Su objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas al identificar y abordar las dificultades asociadas con el funcionamiento cerebral.

Desde este área, se realiza una valoración neurocognitiva que consiste en un procedimiento en que se estudian los diferentes dominios cognitivos, como son: la atención, memoria, lenguaje, praxias, gnosias y funciones ejecutivas, además de una valoración emocional y conductual. Para ello, se utilizan diferentes instrumentos estandarizados entre los que se incluye: una entrevista clínica, observación conductual, y diferentes test cognitivos y cuestionarios para obtener información necesaria tanto del paciente como de un familiar o informador fiable.

Este servicio está enfocado en la evaluación e intervención neuropsicológica tanto de pacientes infanto-juveniles como adultos. 

Pacientes infanto juveniles:

• Trastorno de Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) 
• Dislexia o Trastornos de la lectura y escritura
• Discalculia, o dificultad para adquirir los principios del cálculo, y otros trastornos relacionados con el aprendizaje motor 
• Trastornos del neurodesarrollo (Trastornos del espectro autista, trastorno del desarrollo no especificado)
• Problemas en la motricidad, en las relaciones espaciales y visuales, así como también dificultades para adaptarse a situaciones nuevas y lograr una interacción social adecuada (Trastorno del aprendizaje no verbal)
• Síndrome de Tourette
• Epilepsia
• Alteraciones cognitivas en enfermedades del sistema nervioso central (Esclerosis lateral amiotrófica, espina bífida, parálisis cerebral)
  

Pacientes adultos:

• Trastorno neurocognitivo mayor debido a la enfermedad de Alzheimer.
• Trastorno neurocognitivo frontotemporal mayor.
• Trastorno neurocognitivo mayor con cuerpos de Lewy.
• Trastorno neurocognitivo mayor debido a la enfermedad de Parkinson.
• Quejas subjetivas de pérdida de memoria
• Deterioro cognitivo leve
• Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH) en adultos
• Epilepsia
• Deterioro cognitivo asociado a trastornos psiquiátricos: esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de la conducta alimentaria
• Daño cerebral sobrevenido: traumatismos craneoencefálicos, accidentes cerebrovasculares, encefalitis, tumores cerebrales, etc.

El mindfulness es más que una técnica; es una filosofía de vida que nos invita a estar plenamente presentes en el momento actual. Enraizado en prácticas meditativas, el mindfulness implica cultivar una conciencia consciente y sin juicio hacia nuestros pensamientos, emociones y sensaciones. Al practicar la atención plena, aprendemos a estar en armonía con el presente, reduciendo el estrés, mejorando la concentración y promoviendo un bienestar emocional duradero. Esta herramienta valiosa nos invita a saborear la riqueza de cada instante y a vivir con una mayor claridad mental y serenidad.

El mindfulness se especializa en cultivar la conciencia plena y la atención consciente en el momento presente, y puede ser aplicado en diversas áreas, incluyendo:

• Reducción del estrés: Ayuda a gestionar y reducir los niveles de estrés mediante la práctica de la atención plena.
• Ansiedad y depresión: Se utiliza para tratar y manejar síntomas de ansiedad y depresión, promoviendo la aceptación y el autocuidado.
• Mejora del bienestar emocional: Fomenta la regulación emocional, la compasión hacia uno mismo y la conexión con las emociones positivas.
• Aumento de la concentración: Mejora la capacidad de concentrarse y mantener la atención en tareas específicas.
• Gestión del dolor crónico: Ayuda a reducir la percepción del dolor y a mejorar la calidad de vida en personas con dolor crónico.
• Promoción del sueño: Favorece un mejor descanso y calidad de sueño mediante prácticas de relajación y conciencia corporal.
• Mejora de las relaciones interpersonales: Facilita la comunicación efectiva, la empatía y la comprensión en las relaciones personales.
• Desarrollo de la resiliencia: Fortalece la capacidad de afrontamiento frente a situaciones difíciles y adversidades.
• Fomento de la creatividad: Estimula la creatividad y la resolución de problemas al promover una mente abierta y receptiva.
• Mejora del rendimiento laboral y académico: Aumenta la productividad y el rendimiento mediante una mayor claridad mental y una reducción del estrés.

El espacio de innovación es un área dedicada a la exploración y aplicación de nuevas tecnologías, metodologías y enfoques terapéuticos dentro del campo de la Psicología. Este espacio fomenta la creatividad y el desarrollo de ideas novedosas para mejorar la práctica clínica, la investigación y la atención al cliente. En el espacio de innovación, los profesionales pueden colaborar en proyectos de investigación, experimentar con nuevas técnicas terapéuticas, desarrollar programas de intervención innovadores y explorar formas de integrar la tecnología en la prestación de servicios psicológicos. Además, este espacio puede servir como un lugar para el intercambio de ideas y el trabajo colaborativo entre profesionales de diferentes áreas de la psicología.

El espacio de formación es un área dedicada al desarrollo profesional y académico de los psicólogos y otros profesionales de la salud mental. Este espacio ofrece una variedad de actividades formativas, como seminarios, talleres, cursos y conferencias, diseñados para mejorar las habilidades clínicas, actualizar conocimientos sobre enfoques terapéuticos y abordar temas relevantes en el campo de la psicología. Además, el espacio de formación puede ser utilizado para la supervisión de casos clínicos, la práctica de habilidades terapéuticas y el intercambio de conocimientos entre profesionales.

Desde el área de formación, se ofrece ayuda a profesionales en múltiples aspectos, incluyendo:

• Asesoramiento en el abordaje de la evalución de casos concretos.
• Diseño de planes de intervención individualizados.
• Apoyo en el desarrollo de habilidades psicoterapéuticas.
• Entrega de materiales para uso profesional.