Para poder hablar de asertividad tenemos antes que definir primero que se trata de un estilo de comunicación. Los estilos de comunicación suelen englobarse en tres categorías: el estilo agresivo donde se adopta un estilo brusco y nuestros derechos o deseos van por encima de los de los demás, el pasivo, donde adoptamos una postura pasiva en la cual ponemos por delante los deseos y derechos de los demás, y el que nos compete, el asertivo.
La asertividad es el punto medio entre los otros dos estilos, se define como una habilidad para expresar nuestras opiniones, sentimientos, deseos, punto de vista… de una manera abierta, amable, clara, sin perjudicar a los demás y defendiéndonos a nosotros mismos. Es una forma de validar tanto nuestros sentimientos como los de los demás, estableciendo un punto de igualdad.
Pongamos un ejemplo para lograr entenderlo mejor, imaginemos que un camarero nos trae mal la comida que le hemos pedido, la carne no está al punto que queremos, nos ha traído ensalada en vez de patatas… ¿Qué opciones tenemos?
¿Cómo saber si debemos trabajar la asertividad? Podemos observar distintos signos que nos pueden indicar que necesitamos trabajarla un poco.
El aprendizaje de la asertividad no se ha sido de forma correcta, las conductas, las habilidades sociales, se aprenden y se trabajan. Podemos saber perfectamente la teoría de como debe ser una comunicación asertiva, pero al intentar ponerla en practica nos encontramos dificultades.
Tener malas experiencias cuando hemos tratado de comunicarnos, hemos recibido burlas, descalificaciones… que han afectado en nuestra forma de relacionarnos. Tener una baja autoestima y por ello no lograr defender nuestras ideas por miedo o descalificación propia.
La asertividad recalca nuestros derechos como personas, a ser tratados de forma respetuosa y digna, a ser escuchado, a expresar los sentimientos, a decir “NO”, a cambiar y a cometer errores, también nos sitúa como:
En primer lugar, deberemos identificar cual es nuestro patrón de comunicación ¿Nos identificamos con un perfil más sumiso, agresivo? ¿Somos asertivos pero no conseguimos sentirnos cómodos con como nos comunicamos o no encontramos el resultado optimo?
¿En que situaciones nos gustaría mejorar? Piensa en que situaciones te sientes incomodo, ansioso o evitas hablar en esos ambientes o de esos temas en concreto, piensa lo mismo con personas, puedes crear un listado esto te ayudará a identificar esas posibles áreas de mejora donde puedas entrenar esa asertividad. Hay que delimitar esas áreas, saber donde aparece el problema.
Hay varias formas con las cuales podemos entrenar y expresar la respuesta asertiva, debemos encontrar cuales son las que mas se ajustan a nosotros y nos hacen sentir más cómodos.
Hacemos una expresión adecuada de lo bueno y valioso de las personas, esta parte de nosotros, es simplemente dar cumplidos “te sienta bien esta ropa”, esto nos ayudará a fomentar nuestra asertividad ya que nos entrena en esa capacidad de expresarnos.
Estas respuestas son aptas para momentos donde nos sentimos interrumpidos, o no se nos deja hablar, cada uno encuentra la frase que más seguridad le da, lo fundamental es hacerlo con un tono de voz calmado y firme, no pasar a la agresividad.
| “¿Me permites hablar? ¿Por favor puedes no gritarme, yo no lo estoy haciendo?”
Se trata de mantenerse firme e ir elevando la firmeza antes las insistencias. Por ejemplo, ante las interrupciones, comenzar con un “por favor no me interrumpas”, seguir con un “te había pedido que no me interrumpieras”, y continuar con un “me gustaría acabar lo que tengo que decir”. A pesar de que nosotros tratemos de ser asertivos, hay gente que no responde a ese tipo de comunicación. Debemos saber lo que está dentro de nuestro control y lo que no.
Aquí comunicamos primero el reconocimiento hacia la otra persona para luego pasar a donde planteamos nuestros derechos e intereses, también nos puede servir ante un ataque agresivo, “entiendo que tu te sientas x y tienes derecho, pero a mi x” “entiendo que tengas poco tiempo estos días y no me hayas podido devolver el libro, pero lo necesito para esta semana por favor”.
Se trata del mensaje yo, donde expresamos que nos hemos sentido agredidos y que lo que ha sucedido o nos han dicho nos afecta, en esta respuesta expresamos nuestro malestar sin atacar al otro. Aquí habrá que usar una técnica que explicaremos en el punto 5.
Como bien indica su nombre se trata de una defensa, aquí tratamos de hacer ver a la persona como se está comportando y explicarle como podría decir lo mismo de una manera asertiva, nos convertiremos, en entrenadores de la asertividad.
Por ejemplo, ante alguien agresivo:
| “Estás levantando el tono de voz y no quiero que nos enfademos. ¿Por qué no intentamos hablar en un tono más calmado?”
Y ante alguien pasivo:
| “Como no me dices nada, me siento algo confundido ¿podrías intentar explicarte mejor?”
Hablaremos de la técnica del sándwich, la cual sería a su vez un tipo de respuesta asertiva subjetiva. Esta sigue cinco pasos y tiene una serie de reglas:
Las reglas son las siguientes: usar un tono calmado, no hacer reproches ni mensajes “tú”, por ej. “Es que tú has hecho esto, por tú culpa…”, solo hablar de un problema a la vez, somos responsables de como comunicamos nosotros, tener cuidado con las expectativas de la conversación, y lo más importante, agradecer, usar el “entiendo que”.
Pensemos en una situación de trabajo en equipo, donde os repartís las distintas tareas para poder completar el trabajo, durante varias semanas le recuerdas a tu compañero que debe hacer las tareas sin éxito, empiezas a temer que te va a tocar hacer su parte pero decides usar tu última bala, la asertividad. Esto sería una posible opción:
Tener que decir un “no” supone un problema para muchos de nosotros, pero podemos trabajar esa capacidad de una manera muy sencilla. Lo primero es expresar el no sin dudar, y a continuación dar una explicación, para finalizar daremos una alternativa, esto es algo opcional, ya que no queremos generar un desequilibrio en la relación donde des más de lo que recibes. Veamos las dos opciones, por ejemplo, cuando nos piden un favor como quedar a comer:
| No voy a poder asistir este fin de semana ya que lo tengo ocupado, si quieres, podemos quedar el siguiente.
| No voy a poder ir este fin de semana.*
La responsabilidad que tenemos, nuestras emociones, y otros muchos factores, son los que que afectan a nuestra posibilidad de ser más o menos asertivos y debemos ser conscientes de ellos.
Ya lo hemos mencionado antes, pero debemos ser muy conscientes de lo que es responsabilidad nuestra, como nuestras palabras, acciones, esfuerzo, ideas, errores y las consecuencias que todo esto tiene.
Hay otra parte que no es responsabilidad nuestra, como los otros se sientan, como respondan a nuestras palabras… es decir, nosotros podemos tener la mejor respuesta asertiva o la mejor expresión asertiva que jamás hemos hecho, pero si la otra persona opta por no usar la asertividad y no respondernos de igual manera, no es responsabilidad nuestra y debemos evitar cargarnos con ella.
En ocasiones, podemos vernos sobrepasados por las emociones, lograr identificarlas nos ayudará mucho, no siempre estamos en un momento emocional para dar la mejor respuesta posible ni tener la mejor comunicación posible y no pasa nada por ello.
Podríamos pensar en nuestras emociones como un semáforo:
Alba Mª García Rasero
Psicóloga General Sanitaria y Neuropsicóloga
Colegiada Nº M-32464